Este espacio es algo más que personal, pero no es íntimo. Es para que la reflexión sobre ciertas cosas tenga una oportunidad de salir expulsada desde adentro, desde la memoria y el pasado. Y para que las ideas en torno a otras cosas se hagan presentes y dejen de generar anhelos inapropiados. Es para compartir, no para enseñar. Es para dialogar y discutir y criticar, que al fin que a la maquinaria del pensamiento no se le tiene miedo en este lugar.
Ella es Ximena, una chica del D. F., que disfruta degustar con sus amigos. Acá la vemos en una de sus noches de convite donde las copas se habían excedido nada más un poquitín. Ya no se le entendía nada, pero era muy grosera.